Conversaciones de Gimnasio

Hace relativamente poco que voy al gimnasio pero con resultados sorprendentes a corto plazo. Pero bueno, estos meses han dado de sí y aunque generalmente soy un enganchado al Ipod ya que no me lo quito para nada pues hay momentos en los que paso de canción o me estoy cambiando en los vestuarios que escucho de mieeeerrrda que vamos xD

No sé si los vestuarios de mujeres son tan sórdidos en conversaciones y situaciones (espero que me lo confirmes Kokoro) pero vamos hay algunas cosas que no tienen precio.

Empezamos con el primero consejo: o tienes un rabo de estos que te quitan el hipo dándote los golpes directamente en el diafragma de lo grande que es o no uses licra deportiva y menos si no controlas tus erecciones. Estaba yo en la bici y se formaban una de las típicas colas enormes para entrar a ciclo y allí había un tío de mediana edad con su preciosa erección cargando hacia la izquierda y deseando salir de su aprisionamiento, porque el tío aún seguía mirando muuuy lascivamente a las tías que estaban en su clase de step. ´
Luego está el tío que sale de las duchas con el toallero pegado al cuerpo, porque vamos, aquello parecía una toalla enrollada a un pene en vez de una toalla enrrollando un cuerpo. A mí ya no se me había pasado semejante monstruosidad pero cuando sus amigotes de vestuario le vieron aquello se fue haciendo una bola que acabo el tío con la toalla quitada presumiendo de rabo y diciendo cuánto le molaba a las tías. A todo esto resulta curioso como los demás tíos estaban en vez de mirándole a él a la cara, a su entrepierna alegre xD

En el vestuario se producen otro tipo de conversaciones más metrosexuales por llamarlas así. Esta me hizo gracia y me costó reprimirme. La situación era de dos tíos: uno super oso y otro que no tenía ningún tipo de pelo en ningún lado y con una conversación tal que así:

Oso: - ¡Joder tío! ¿Dónde te has depilado que te han dejado hasta los huevos así de bien?
Prepúber: - En una peluquería de mi barrio que encima me han hecho un buen precio.
Oso: - ¿Y cuánto ha sido todo? Porque a mi me gustaría quitarme hasta el del culo.

A mí la conversación ya me sobrepasó porque el prepúber estaba como encantadísimo de enseñar como desde el pecho pasando por el perineo hasta los pies no tenía ni un pelo y se lo mostraba al oso sufrido. Me cambié rápido y me aislé en mi Ipod rumbo a las cintas por si aquello iba degenerando aún más.

Y por último y la más reciente. Esto al contrario que en el vestuario era en la zona de musculación donde me aburro muchísimo y no paro de observar a los hombres que me rodean y sus caras de supremo esfuerzo. A mí yo creo que me falta motivación porque yo corriendo sufro y sudo lo que haga falta, pero eso de coger una barbaridad de kilos todavía no me convence. Asique en fin, estaba tan alegre pasando canciones encontrando alguna que me motivara cuando escucho: ¡A mí es que me encanta dar por culo! Fue taaan de sopetón que no pude no soltar mi primera carcajada y ya pasé de la música (sin quitarme los cascos, técnica marujil total) y escuché como 5 tíos estaban fascinados por el sexo anal y sus aventuras en él: que si a uno le encantaba pero su novia le decía que no, a la novia de otro le faltaba tiempo para poner el culo en posición para que el otro la empotrara...Yo estaba fascinado.