25 jul 2010

Karma

Tengo esto abandonadito el pobre, han pasado tantas cosas pero bueno Kabuki ha estado al día en cuanto a actualizar dónde íbamos asique yo lo retomaré desde el jueves que es donde empieza la chicha.

El jueves definitivamente había quedado por la noche con el danés para que viniera a dónde habitamos. Mira que por fotos y por cam me parecía apetecible además que esta debilidad mía por todo lo del norte de Europa es bastante clara y a veces muy discapacitante, pero fue verle de lejos cuando bajé a buscarle que me di la vuelta corriendo como si no hubiera mañana. Esa pose, esa vestimenta, ese cuerpo escombro...en fin, apagué el móvil y me subí a contarle a Kabuki lo asustado que estaba y que iba a apagar el móvil para que no me localizara. Y acerté, cuando lo encendí tenía nada más y nada menos que 27 llamadas perdidas. Él tenía un montón de ganas de quedar conmigo y le hice una putada haciéndole venir aquí, pero todavía no soy tan majo de regalar sexo gratis sólo por cubrir los gastos de desplazamiento.

Como me había quedado con ganas de quedar el viernes, día que decidí hacer puente y no ir a la academia, pues me pasé la mañana repasando mis contactos británicos. Y se abrió el cielo: un chico con cuerpo definido, mono, moreno, ojos verdes y aparentemente británico...llevamos un rato hablando y me soltó la bomba: ¡era de Hong-Kong! A esto le llamo yo Karma...me da un ataque esquizofrénico la semana pasada en contra de todo lo surasiático deseando todo lo malo habido y por haber y con quién voy a quedar para que se me quite toda la tontería...pues un hongkonés, ea.

En fin, como me pasé la tarde holgazaneando en casa para guardar fuerzas para la noche que era lo importante. Repetimos ONYX pero con mucho menos resultados. Kabuki y yo lo dimos todo, moviéndonos como se debía y casi cerrando aquello. Estuvo bastante mejor la noche en cuestión de música aunque nos quedáramos a dos velas, pero ese no era el objetivo principal (cofcof). Lo mejor casi de la noche fue a la vuelta del bús, porque en esta ciudad has de tener un cuidado tremendo ya que hablar castellano no te garantiza ningún mínimo de privacidad. Llegó un autobusero con unos barbas que tiraba para atrás, a lo que espontáneamente suelto: ¡Oh! Nos va llevar Papá Noel...y un español se dio la vuelta y me alabó semejante crueldad, porque lo solté con un tono no de alegría. No nos sentamos lejos de este chico español que nos iba escuchando y poniéndose morado a lo que hablábamos Kabuki y yo y más cuando se subieron unas teenagers británicas a las cuales el término ropa interior les debe quedar lejos porque al subir para el piso de arriba a todas las vimos el toto. Y con mi espontaneadead se me ocurre soltar: Ya pueden tener suerte y que estén los asientos limpios porque a estas se las van a poner unas ladillas en el chichi que cuando se los rasquen se lamentarán de no haber sabido ni de dónde han salido. El pobre chaval ya no podía reprimir. El resto del viaje hablamos del término chichi-toto, lo que le debía encantar al chico porque en cuanto se bajó soltó una carcajada como de liberación.

Y tras haber bebido la noche anterior y llegar como a las 5 a nuestor hogar, pues no tenía otra cosa que hacer que quedar la mañana del sábado con el hong-konés. No sé con qué cara me presentaría pero bueno el chico sus rarezas tiene. Perdimos como media hora desayunando y él invitándome porque no quería hacer nada con el estómago vacío, a lo que yo pensé que si no había tenido a hacerlo antes que yo llegara, pero bueno. Al tema nos pusimos y estuvo bien y así me llevo algo de exotiquez a España de vuelta.

Por la tarde el plan se basó en volver a Candem de compras, dónde yo me fui con las manos vacías porque mira que aquello tiene mierda para todos los gustos, pues nada que viese yo ideal para nadie ni nada. No sé, no me dejaré comprar con chuminadas o soy demasiado tonto en cuanto a gustos y decidir qué regalar. No me gusta dar cualquier cosita y olvidarme del tema.

Por la noche todo mejoró, y tras beber en soledad porque Kabuki está a base de agua mineral, pusimos rumbo al Soho en busca de Heaven. Nos pusimos una pulserita y allí que nos pusimos a seguir rumbo Charing Cross, sitio dónde estaba Heaven, siguiendo a todo el que tuviera la pulsera porque íbamos un poco a ciegas. El sitio la verdad es que en música es de lo mejorcito que he escuchado en Londres, es grande, la gente es joven y todo está bastante bien. Nuestra alma exhibicionista hizo que nos subiéramos a los dos escenarios de las dos salas a bailar de cara al público, pero mejor allí arriba que abajo con toda la gente intentando moverse. Al rato el señor Kabuki desapareció y allí que me quedé bailando solo hasta que el karma me envió otra señal. Esta vez me entró un brasileño (nada de lo que podáis imaginar) que tenía buen cuerpo pero algo le veía que no, o no sé si eran otras cosas. Total que tras hablar y soltarme un buen directo: "A mí me gustan los chicos españoles" pues decidí que era hora de fumar y dejar aquello en aquel punto. Al pobre la verdad le dije que volvía en 10 minutos, y mira que pensé en volver cuando fumaba pero al final no me apeteció. He de dejar los polvos matutinos en sábado que luego llego a la noche apático. Nada más salir fuera pues ocurrió el espectáculo alternativo del Heaven: un treinteañero empezó a dar gritos, empujones, se tiró al suelo y empezó a sufrir espasmos y a tirarse el agua por encima del cuerpo como un enajenado. Yo miraba desde este morbo que tengo por todo lo médico-enfermo que me fascina y viendo qué sucedía y como le atendían los médicos. Aquí me hice amigo de Larry creo que se llamaba, uno de los guardas que me pidió fuego y allí que estuvimos fumando y hablando hasta que pasó no sé qué movida y se tuvo que marchar dejándome solo y a punto para el segundo monstruo de la noche que me entraría.
Este era como un bollo de crema sin hacer con cara de bulldog. Una especie de teenager británico, imberbe con cara de oler mierda que empezó sentándose al lado fumando en un espacio ínfimo. Luego se fue arrimando y arrimando violando mi espacio vital, pero bueno yo quería forzar aquello a ver hasta qué punto llegaba porque la incomodidad en mí aumentaba. Pero fui salvado por la campana, en forma de Kabuki en un intermedio suyo, y nada más llegar le espantó como si de un matamoscas se tratara.
Me volví para la discoteca a la sala de R&B y bailando estaba yo cuando me entra un chico negro pasadísimo de drogas y de años para mi gusto. Ya me dejaron chof, me fui a sentar a la bancada y al no mucho ya me recogió Kabuki que había terminado de estar a lo suyo, bailamos un poco más y de vuelta para nuestro adorado hogar.

Hoy domingo las housekeeper nos despertaron a hora récord (¬¬) para cambiarnos las sábanas y seguimos durmiendo hasta las 15:00 que estábamos cansadísimos. Cogimos la línea de la DRL y nos fuimos al meridiano de Greenwich, que en fin, mucho turista, mucha cuesta de la muerte para dos personas que llevan dos días de fiesta y poca chicha. Hemos caído en la tentación del roastbeef y el roastchicken y nos hemos ido al zona de Bank a buscar el faloedificio que Kabuki moría por ver. Y hasta ahora que estamos de descanso para volver mañana a la última semana de clase.

2 comentarios:

  1. Estas semanas en Londres van a adornarte el currículum sexual de exotismo para mucho tiempo!!!

    Al danés me lo he imaginado como esas galletas de mantequilla tan típicas de Dinamarca!

    Que de historias, de tíos, de bailes, de idas y venidas, ... todo me encanta!

    Beso!!!

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  2. Oh, así que otro que trabaja en un hotel. Hermanémonos pues! Voy a leerme tu blog que nunca lo había visto, jiji.

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